Todo tiene un principio y un fin, y también un recorrido. Nuestro comienzo fue intrigante, el recorrido desafiante y motivador y el final, abierto.
Hay planes que no se cumplieron, otros que llegaron de forma imprevista y que enriquecieron aún más el proyecto, pero sin ninguna duda se cumplió el objetivo principal, la misión para la que se creó: crear un conciencia entre el alumnado sobre su pasado cercano, sobre la triste historia que cargan muchos de sus abuelos, el pasado minero de Linares.
Y lo hemos conseguido. Se han cuestionado su ciudad, su historia; Han descubierto rincones desconocidos, se han puesto en el lugar de los mineros, han llorado, han reido, han investigado, han expuesto lo aprendido de una forma o de otra, han trabajado en grupo, han usado las TIC y las TAC, en fin, todo lo que se le podía pedir a un gran proyecto. Y ha sido magnífico.
Para terminar, uno de nuestros profes, Jose María Molina, nos ha regalado un poema minero inspirado en uno de los grafitis de Belin, el grafitero linarense conocido internacionalmente.
Gracias por un año de esfuerzo e ilusión. Esperemos que la historia continúe.
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